En un pueblito del norte de Salta, entre las montañas, vivía gente muy humilde, en casas precarias. Un día Juan se encontraba cuidando sus animales, solo y apartado del pueblo con sus cabras cuando de repente se aproximó una tormenta. Reunió a sus cabras y muy rápidamente se dirigió al pueblo donde estaba toda la gente mirando el cielo.
De repente un trueno, un relámpago y empezó a llover cebollas. Todos admirados, se refugiaron en sus casas. Cuando cesó la lluvia y salieron de sus casas todo era cebollas, algunos lloraban por el ácido y otros las juntaban para la comida, para cosecharlas o para venderlas.
Nadie supo explicar el fenómeno , algunos estaban contentos y otros lloraban y lloraban. Tenían alimento y lo usaban para las enfermedades de los niños pequeños y ancianos.
En esos días llegaron al pueblo periodistas con sus cámaras, los noticieros nacionales para mostrar la pobreza del pueblo y encontraron las cebollas. Preguntaron lo que había pasado, la gente les contó y rápidamente estuvieron en internet, los diarios, las revistas, radios y televisión. Fué una gran noticia para todo el mundo que se benefició al pueblo porque dejó de ser humilde.
De todas partes llegaban turistas a ver el fenómeno de la lluvia de cebollas y la Nación destinó dinero para los habitantes. ¡El pueblo tenía que verse bien ante el mundo!
Juan dejó de cuidar sus cabras lejos del pueblo. Abrió un bar con el dinero que le dió la Nación y lo llamó 'Las cebollitas'
De repente un trueno, un relámpago y empezó a llover cebollas. Todos admirados, se refugiaron en sus casas. Cuando cesó la lluvia y salieron de sus casas todo era cebollas, algunos lloraban por el ácido y otros las juntaban para la comida, para cosecharlas o para venderlas.
Nadie supo explicar el fenómeno , algunos estaban contentos y otros lloraban y lloraban. Tenían alimento y lo usaban para las enfermedades de los niños pequeños y ancianos.
En esos días llegaron al pueblo periodistas con sus cámaras, los noticieros nacionales para mostrar la pobreza del pueblo y encontraron las cebollas. Preguntaron lo que había pasado, la gente les contó y rápidamente estuvieron en internet, los diarios, las revistas, radios y televisión. Fué una gran noticia para todo el mundo que se benefició al pueblo porque dejó de ser humilde.
De todas partes llegaban turistas a ver el fenómeno de la lluvia de cebollas y la Nación destinó dinero para los habitantes. ¡El pueblo tenía que verse bien ante el mundo!
Juan dejó de cuidar sus cabras lejos del pueblo. Abrió un bar con el dinero que le dió la Nación y lo llamó 'Las cebollitas'
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